La agricultura es una de las industrias más antiguas del mundo y, a pesar de sus avances tecnológicos, sigue siendo una de las más peligrosas. Este artículo explora la historia de un agricultor que sufrió un accidente devastador y cómo su experiencia resalta la necesidad crítica de la seguridad en el trabajo agrícola.
El impacto de la complacencia en la agricultura
James Bannister, un agricultor de Doncaster, es un testimonio vivo de los peligros que acechan a quienes trabajan en el campo. Hace más de 20 años, perdió su brazo izquierdo en un accidente que marcó un cambio en su vida y su enfoque hacia la seguridad en el trabajo agrícola. A pesar de ser una de las industrias más cruciales, la agricultura tiene una alarmante tasa de accidentes que pone en riesgo la vida de sus trabajadores.
Según la Health & Safety Executive (HSE), a pesar de que los trabajadores agrícolas representan solo el 1% de la fuerza laboral del Reino Unido, esta industria es responsable de casi el 20% de todas las muertes laborales. Esta estadística pone de manifiesto la necesidad de un cambio urgente en la cultura de seguridad dentro del sector.
Bannister comparte que, en su juventud, era «despreocupado» respecto a las medidas de seguridad. Sin embargo, tras su accidente, su perspectiva cambió drásticamente: «Cuando doy charlas sobre seguridad, el impacto visual es fundamental. La gente me ve sin mi brazo y presta atención». Esta experiencia subraya cómo la complacencia puede ser mortal en el ámbito agrícola.
El accidente que cambió su vida
El trágico accidente de Bannister ocurrió el 6 de agosto de 1998, mientras cosechaba patatas. Recuerda vagamente los momentos previos al accidente, concentrándose en la conversación con su compañero sobre el remolque. De repente, se encontró atrapado en la máquina cosechadora.
“No tengo recuerdos de cómo o por qué subí a la máquina”, relata. Su brazo se atascó en los rodillos, y estuvo a punto de perder la vida. “Mi brazo tenía casi la forma de una ‘W’”, explica. Afortunadamente, un compañero logró detener la máquina justo a tiempo, evitando lesiones más graves.
Un amigo agricultor lo mantuvo consciente mientras los equipos de emergencia trabajaban para liberarlo, un proceso que fue angustiante. “Cuando liberaron la presión en mi hombro, la sangre brotó como si se estuviera vaciando una jarra de agua”, recuerda, una experiencia que nunca podrá olvidar.
Recuperación y adaptación tras la amputación
Bannister fue trasladado de urgencia al Northern General Hospital en Sheffield, donde su brazo fue amputado en una operación que duró cinco horas. A pesar de su pérdida, su determinación por continuar en la agricultura no flaqueó. “Nunca dudé de que podría seguir trabajando”, afirma con optimismo.
Para adaptarse a su nueva realidad, hizo algunos ajustes en su equipo. En su tractor, todos los controles están ubicados a su derecha para facilitar su acceso. Una modificación clave fue añadir un pomo al volante para mejorar el agarre con su mano derecha. Aunque algunos dudaron de su capacidad para continuar trabajando, Bannister ha demostrado su valía al mantenerse activo y trabajando en varias granjas.
La importancia de la seguridad en el campo
Con el tiempo, Bannister se ha convertido en un defensor de la seguridad agrícola, dando charlas para educar a otros sobre los riesgos implicados. Su compromiso con la seguridad ha sido crucial, especialmente después de haber liderado la National Association of Agricultural Contractors (NAAC) de 2022 a 2024.
“Estoy dispuesto a hablar sobre mi accidente porque si mi historia ayuda a cambiar la actitud de alguien, vale la pena”, dice. La alarmante tasa de accidentes en la agricultura es una preocupación constante. De acuerdo con las estadísticas de la HSE para 2024/25:
- Veintiocho personas perdieron la vida en granjas del Reino Unido.
- En los últimos 13 años, ha habido un promedio de 31 muertes, de las cuales 27 fueron trabajadores agrícolas y cuatro, miembros del público, incluidos niños.
- En el último año, se pagaron más de £48 millones en reclamaciones por accidentes, según NFU Mutual.
Reflexiones sobre el futuro y la responsabilidad personal
A pesar de su éxito en la recuperación y su contribución al sector, Bannister planea retirarse en cinco años, a los 68 años. Sin embargo, no tiene la intención de dejar de ser activo. “Quiero dedicar más tiempo a mis hobbies fuera de la granja, como andar en moto y jugar al golf”, comparte entusiasmado.
Sin embargo, deja un mensaje claro sobre la seguridad: “La gente realiza estas tareas día tras día y comienza a dejar de pensar en ellas. Yo asumo la responsabilidad de mi accidente. Debería haber apagado la máquina”.
La complacencia, según Bannister, es el mayor enemigo en la industria agrícola. “El cambio de actitud es lo que más se necesita”, afirma, subrayando la importancia de la capacitación continua y la atención a los protocolos de seguridad.
Un mensaje de esperanza y resiliencia
La historia de James Bannister es un poderoso recordatorio de que la seguridad no debe ser una consideración secundaria en la agricultura. A través de su experiencia, él ha encontrado una nueva misión: educar y concienciar a otros sobre los peligros del trabajo agrícola y la importancia de la seguridad.
Su valentía al compartir su historia no solo ayuda a prevenir futuros accidentes, sino que también inspira a otros a no rendirse ante la adversidad. A pesar de las cicatrices físicas y emocionales, Bannister ha transformado su tragedia en una oportunidad para generar un cambio significativo en su comunidad.
Además, para aquellos interesados en escuchar más sobre su experiencia y su lucha por mejorar la seguridad en las granjas, aquí hay un video que resume su mensaje:

